8 de julio de 2022
Has montado el blog de tu empresa. Empezaste por «¿Cómo hacer un blog?», pero la verdad es que te ha quedado niquelado. Un título sugerente, un diseño atractivo y muchas buenas ideas para compartir. Pero han pasado las semanas y los retuiteos son de los empleados de tu empresa, los likes de tu madre y de tu prima y los datos de Google Analytics son para echarse a llorar. Pero, ¿por qué nadie lee tu blog de empresa? Te sugerimos que te hagas las siguientes preguntas, que seas autocrítico respondiéndotelas
1. ¿No lo actualizo lo suficiente?
Empezaste con ilusión, pero la inspiración te ha abandonado. La última actualización de tu blog es de hace 4 meses. RIP. Si quieres conseguir resultados, construir una comunidad y ser un agente activo en el ámbito online, es fundamental que mantengas tu compromiso con la actualización de tu blog. Por muy complicado que sea tu día a día. Los manuales te dirán que los resultados óptimos se consiguen con 3 o 4 posts por semana. Intenta que sean al menos dos para que el algoritmo de Google recompense tu trabajo. Pero el contenido de un blog ha de tomarse en serio.
2. ¿Solo hablo de mí?
Yo, mi, me, conmigo. Todos creemos que somos especiales, y que nuestra empresa, producto y servicio también lo son. Pero no nos engañemos. En el mercado hay miles de empresas, productos y servicios que son casi tan atractivos como el nuestro. Como dijo el pionero David Meerman Scott hace ya algunos años, “tus productos y servicios no le importan a nadie, excepto a ti”. Así que deja de mirarte al ombligo. Ponte en el lugar de tu público objetivo y apórtale valor, comparte temas de su interés y soluciona sus problemas. Solo así conseguirás empatizar. Como en la fiesta del sábado pasado, vamos.
3. ¿Es mi contenido pobre?
Si aspiras a erigirte en una referencia en tu sector, no puedes vender humo. El mundo digital es un espejo del analógico. Así que saca pecho sólo en aquello en lo que tengas argumentos reales para demostrarlo. Si irrumpes en un ámbito como elefante en cacharrería sin dominar el sector, los daños pueden ser irreversibles. Así que mide tus pasos y, cuando publiques un contenido, asegúrate de que es de calidad y aporta valor real a tu audiencia.
4. ¿Nunca me mojo?
Lo políticamente correcto está muy bien para los candidatos que hablan de su programa en la televisión. Pero no para tu blog. Los posts que no toman partido y que tratan de quedar bien con todo el mundo no suelen interesar a casi nadie. Mójate, apuesta. Claro, corres el riesgo de equivocarte, pero, ¿acaso alguien está libre de equivocaciones? Errare humanum est.
5. ¿Podría especializarme más?
Este punto no te interesa si eres el líder mundial en tu sector, como Coca-Cola o Apple. Pero te interesa mucho si formas parte del esforzado 99,99% restante. No puedes aspirar a ser el referente en un ámbito que ya está maduro y en el que competidores mucho mayores que tú ya se han posicionado hace años. Busca tu propio nicho, encuentra aquello que te hace especial y conviértete en una referencia para ese público. Para ser grande hay que apostar por lo pequeño.
{{cta(‘d22256a4-c632-4f47-a65d-2b6195faf58f’)}}
6. ¿Son mis titulares atractivos?
Piensa en tu propio comportamiento cuando estás frente al ordenador, la tablet o el móvil. Al día pasan ante ti miles de contenidos que tratan de atraer tu atención, pero sólo clicas en un pequeño número. ¿Por qué? ¿Qué los hace diferentes? ¿Por qué te han llamado al atención? Si quieres destacar , tienes que hacer algo diferente,. Empieza por un título atractivo, directo, que aporte valor a tu audiencia y que invite a seguir leyendo. Sólo es el primer paso. Pero sin un primer paso no hay segundo ni tercero.
7. ¿Llamo a la acción lo suficiente?
Está muy bien que cuentes tu historia, que hables de tu sector y que hagas valiosas recomendaciones a tu público. ¿Y luego qué? Anima a tu audiencia a dar un paso más allá y a emprender algún tipo de acción. Así que incorpora a tus posts una llamada a la acción (CTA) que aumente su interacción con tu marca, que les haga interesarse por otros contenidos de tu empresa, suscribirse a tu blog o preguntar por tus productos o servicios.
8. ¿Pienso en Google?
Ya hemos dicho en alguna ocasión que no hay que escribir para robots sino para personas. Pero, seamos realistas, para que nuestro blog triunfe tenemos que caerle simpáticos a Google. Y eso pasa por definir muy bien las palabras clave y aplicar algunos consejos de SEO con disciplina militar. Puede que te sientas algo encorsetado, pero la visibilidad de tu blog te lo agradecerá.
9. ¿Promuevo mi contenido correctamente?
Tan importante como generar contenido de calidad que aporte valor es conseguir que este llegue de forma adecuada a su público objetivo. Para ello, identifica dónde está tu público, trabaja un buen Social Media Plan, incorpora las redes sociales en tu plan de contenidos, considera de forma diferenciada cada red, establece conexiones, construye una comunidad, conversa con ella y sedúcela con tus aportaciones.
10. ¿No relaciono mis posts entre sí?
No caigas en el frecuente error de hacer de cada post una historia independiente. De este modo, muchas marcas comunican en compartimentos estancos, en función del nicho concreto sobre el que estén generando contenido. Lo más recomendable, y también lo más difícil, es conseguir dotar a toda tu estrategia de contenidos de un alma, una historia corporativa que sea consistente, tenga continuidad y que conecte con tu público. Porque recuerda que, al fin y al cabo, escribes para personas.
{{cta(‘365beb12-ee5d-454e-95b9-f0f1aafa1764’)}}