6 de julio de 2018
Parece razonable pensar que a estas alturas de la película, en pleno 2015, todos conocemos de algún modo la esencia de un blog, en qué consiste exactamente, sus bondades e implicaciones. Sin embargo, una de las primeras barreras con la que nos encontramos a la hora de establecer una buena estrategia de comunicación online es la confusión que a muchos les produce cuando otorgamos al blog una concepción más amplia de la convencional, es decir, cuando lo concebimos como un posible canal o portal de contenidos con personalidad propia en el seno de la web.
Por encima de su concepción más tradicional de bitácora, que por supuesto sigue vigente, en el contexto del marketing de contenidos el blog adquiere una nueva dimensión que trasciende a la concepción clásica, de mero espacio donde uno –particular o entidad- ofrece sus opiniones u otros contenidos de interés, y adquiere un perfil de canal de contenido dinámico de nuestra marca. Hablamos de un gran contenedor de información que ha de tener un protagonismo máximo en la web corporativa. Nuestro objetivo principal es que cualquier usuario que se interese por nuestra marca, acuda como primera fuente de conocimiento a nuestro blog. Ese será el indicador clave para asegurar que vamos por el buen camino.
Blog corporativo a.k.a Actualidad / Al día / Lo último
A vueltas con el nombre. En ocasiones la palabra blog suscita rechazo ante determinados interlocutores, por eso puedes referirte a él como el «canal de comunicación dinámico de tu empresa, proyecto o marca». De este modo, eliminarás de un plumazo todos los prejuicios que conlleva el palabro blog.
Según la Wikipedia, un blog es un sitio web en el que uno o varios autores publican cronológicamente textos o artículos, apareciendo primero el más reciente, y donde el autor conserva siempre la libertad de dejar publicado lo que crea pertinente. También suele ser habitual que los propios lectores participen activamente a través de los comentarios. Un blog puede servir para publicar ideas propias y opiniones de terceros sobre diversos temas.
Esta definición se ajusta totalmente a la esencia de un blog, pero cuando queremos convertirlo en el canal de comunicación preferente de una organización, proyecto o marca, es necesario matizar y destacar una serie de aspectos que definitivamente lo harán irresistible:
Contenido multiformato de valor:
Los posts de nuestro blog son pequeñas minidosis de información, de conocimiento y de opinión que conforman la imagen que queremos proyectar de nuestra marca. El contenido debe tener múltiples formatos y publicarse siempre con un denominador común: contenido de valor, interesante para nuestra comunidad. Para ello, aspectos como la dedicación, los recursos, el compromiso, la tenacidad y el beta-testing interno resultan claves para diseñar una buena estrategia de blogging corporativo.
Cronológico:
El relato que construimos a través de diferentes contenidos publicados cronológicamente es muy valioso. Un blog ahonda en las claves del día a día, nos ayuda a visibilizar una evolución y a documentar en cualquier momento la «foto real» de la organización, un ‘selfie’ corporativo en toda regla. Además, nos permite relacionarlo siempre con el contexto cambiante en el que escribimos.
Colaborativo:
La autoría descentralizada y colaborativa proyecta diferentes perspectivas de una organización, lo que contribuye a hacer su comunicación mucho más rica y auténtica. No se trata de que semanalmente escriba el CEO, sino de ir consolidando un equipo editorial heterogéneo conformado por las personas clave, las personas que tienen algo relevante que contar sobre nuestra marca.
Abierto a comentarios:
Este es probablemente el punto más controvertido. ¿Por qué debemos abrir a comentarios nuestro principal canal de comunicación? Pues precisamente por eso, porque la comunicación online ya no es la de 1999. Pero no hablamos del 2.0 como un mantra, sino más bien como un signo de los tiempos que vivimos, donde la transparencia, la bidireccionalidad, la participación o la atención y el mimo al cliente han de ser valores inherentes a cualquier organización abierta que se precie. Evidentemente apertura significa pérdida de control, por lo que deberemos estar siempre preparados para gestionar lo bueno y lo malo que suceda en la conversación.
Tono propio:
No se trata de salirse del tiesto a diario, pero es cierto que el formato blog nos permite jugar más con el lenguaje, con los formatos, con los temas y las historias que queremos contar. Cada blog debe encontrar su tono o tonos y llevarlo adelante con constancia, determinación y autenticidad. Si das con la clave tienes serias opciones de llevar a buen puerto tu blog y de consolidar tu comunidad natural.
{{cta(‘0571309e-95ee-43ab-88ce-21a2b5a8a9b5’)}}