El Mundial, esa cita. Cada cuatro años, y durante un mes entero, el mundo se paraliza, los servicios públicos se vacían y los aficionados que no han podido ir al estadio contienen la respiración frente a las pantallas. Los ganadores suplican que los minutos pasen rápido e imploran al árbitro que pite el final. Los que van perdiendo maldicen la rapidez con la que se agotan los segundos y también imploran al árbitro, aunque esta vez, para que añada más tiempo. Solo uno puede ser campeón, los otros 31 volverán a casa sin el trofeo dorado. La vida en 90 minutos. Eso es el fútbol. No es simplemente una cuestión de vida o muerte es, como decía Bill Shankly, mucho más que eso.
Las empresas lo saben y por eso no quieren perderse la oportunidad de lanzar sus mensajes, reforzar su posicionamiento, elevar su proyección pública, activar una acción de compra, presentar sus servicios y mejorar su reputación. Las empresas saben que su público está mirando y por eso no van a malgastar la ocasión de intentar establecer un contacto genuino con su audiencia. Hay trenes que solo pasan una vez en la vida y aunque este lo hace cada cuatro años, quién sabe si lo hará con Messi a bordo.
Según datos difundidos por la empresa Digilant, se espera que el Mundial de este año atraiga a un público de 3.500 millones de espectadores. Sí, los ceros están bien. El mundo está mirando. Es una oportunidad para alcanzar a un público masivo, pero también a una audiencia muy segmentada, que no solo estará pendiente del televisor, sino que, a través, de sus dispositivos móviles, visualizará jugadas repetidas, resúmenes de partidos, tandas de penaltis y, por supuesto, interactuará en las redes sociales. Porque no nos engañemos, cada vez que vemos que un portero es TT nos morimos del morbo. Solo hay dos opciones: el paradón de su vida o una cantada que ni la Traviata.
El portal Puro Marketing sitúa en casi la mitad (el 48%) la cifra de aficionados que usará su smarphone para seguir el Mundial. La pelota también rueda en el móvil y como no hay mejor argumento que un ejemplo práctico, ahora que ya solo nos quedan tres partidos para sentirnos huérfanos durante el próximo cuatrienio, os dejamos cuatro campañas, una por año de desesperación, que sacan muy buen partido de los principios narrativos del storytelling para conectar de forma eficiente con el público y aprovechan que una vez cada cuatro años el mundo es Mundial.
El desafío de Beats by Dre
La compañía especializada en dispositivos de sonido se corona con una historia de superación, de inspiración, de valentía, pero sobre todo del mejor sentido del humor.
Animación para la leyenda Messi
El fabricante de bebidas energéticas Gatorade se basa en la propia historia del jugador argentino, que no por conocida es menos impactante, para crear una bella píldora de animación que contiene todos los elementos básicos del storytelling.
No pierdas la fe
Mucho menos bombástica que las campañas anteriores, pero igualmente efectiva. Una historia certera, con cierto punto de suspense y llena de calidad. Coca Cola desmiente a México y confirma al Dr House, todos mentís, decís que no, pero en realidad sí creéis.
Hagan juego, señores
La casa de apuestas online BWIN se apoya en los exseleccionadores de los combinados favoritos, todos ellos excampeones del mundo, para provocar al espectador. ¿Quién se llevará la Copa? Y, aunque en su pronóstico ellos no han dado una, todos los países del anuncio han sido ya eliminados, la apuesta parecía de lo más razonable.
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