3 de noviembre de 2022

Las cinco claves para redactar un discurso efectivo

Hola, CEO. Ha llegado ese momento, otra vez. Tu empresa ha cerrado el ejercicio y, más temible aún que las cifras de facturación, es el Word en blanco al que te enfrentas para plasmar tu discurso de apertura de la memoria anual. Afrontar esa pantalla en blanco y el cursor parpadeante siempre acarrea nervios e incertidumbres, ¡incluso a nosotros! Pero en este post te vamos a ofrecer una serie de consejos que te ayudarán a transmitir tu mensaje de manera eficaz.

1. Objetivos, orden y estructura

Evítate frustraciones tempranas, cierra el Word y coge bolígrafo y papel. Uno de los errores en los que más veces incurrimos a la hora de escribir es el de comenzar a redactar sin una idea clara de lo que queremos decir. Esa falta de estrategia es la que nos aboca a la vida contemplativa, las visitas a la nevera, a consultar redes sociales o a investigar cuál es el último estreno de HBO, mientras las manillas del reloj giran implacablemente.

Ahorra tiempo y energías y esboza cuáles son los puntos clave que debe recoger tu texto, todo aquello que ha marcado el ejercicio, los hechos que se esconden detrás de las cifras. Ojo, pueden ser cuantitativos o cualitativos. Tan relevante es el cierre de un negocio como la apuesta por la formación del personal, por ejemplo.

Ahora que dispones de un listado con los hitos que bajo tu perspectiva han caracterizado el año, comprueba la forma en la que se relacionan entre sí. Por ejemplo, la facturación ha crecido porque hemos abordado un gran proyecto, que ha sido posible gracias a la ampliación de la plantilla. Si tiras del hilo, verás cómo las diferentes ideas se ordenan de manera natural. Siguiendo los pasos que nos ha legado la oratoria clásica, las técnicas narrativas de problema a solución, de causa a efecto, la contraposición de ideas y la combinación de elementos afines siguen teniendo plena vigencia a la hora de dar coherencia al escrito.

2. Datos sí, pero interpretados y relacionados

La presentación de resultados de tu empresa implica un ejercicio de malabarismo estilístico que posibilite combinar la rotundidad de las cifras con el lenguaje. Los datos son el pilar inherente de una memoria, pero no sucumbas a la tentación de rellenar el espacio en blanco con una secuencia interminable de cifras, recuerda que estás elaborando un discurso, no planteando un problema de álgebra. A diferencia de lo que se suele decir, los números no hablan por sí mismos y corres el riesgo de que tu texto no se entienda ni con la ayuda de un ábaco.

Para hacer de tu discurso un texto legible, cíñete a los datos numéricos más relevantes que te ayuden a explicar y defender los hitos que has elegido previamente, el resto ya tendrán ocasión de ser explicados en otros epígrafes de la memoria. Por último, realiza una interpretación sobre ellos que ayude a entender su alcance y dimensión. Puedes valerte de la comparativa de resultados de años anteriores para sustentar y contextualizar tus valoraciones.

3. Un ejercicio de transparencia

Las cifras son indiscutibles y exactas, pero está al alcance de los más avezados de las calculadoras hacer una interpretación perversa de ellas, sobre todo cuando los resultados no son tan brillantes como uno quisiera. Echando mano del socorrido refranero, “aunque la mona se vista de seda, mona se queda”, eso mismo sucederá con tu escrito, aunque realices extravagantes porcentajes o relaciones numéricas anti natura. La lectura que tanto medios de comunicación como trabajadores, la competencia y otros públicos puedan hacer de ese afán de ocultación puede resultar, cuanto menos, contraproducente.

En este sentido, como persona al mando de la empresa, no podemos más que aconsejarte que la honestidad sea el eje que vertebre cada párrafo que redactes. Si no se han alcanzado los objetivos planteados de cara al ejercicio, puedes manifestarlo sin necesidad de ser derrotista. Explica cuáles crees que son las causas que lo han motivado, pero también las líneas estratégicas que se van a diseñar para dar el golpe de timón necesario para corregir la situación

4. Proyéctate en el futuro

Al hilo de lo anterior, sean positivos los resultados o no tanto, el texto introductorio de una memoria representa una oportunidad para anunciar las claves empresariales que van a regir el futuro más próximo de la empresa.

Aunque la memoria siempre tiene por definición un carácter retrospectivo, ya que no deja de ser el análisis de comportamiento de un ejercicio cerrado, enunciar los próximos pasos a dar ayudará a transmitir valores positivos sobre su continuidad, como afán de mejora, superación y compromiso por adaptarse al siempre cambiante mercado.

Además de insuflar motivación a la plantilla, también será de utilidad para transmitir solvencia ante tus clientes y ante los que aún no lo son.

5. Agradece a quien lo hace posible

Por último, recuerda que no estás solo. Reserva unas líneas del espacio encomendado para dar las gracias a todas las personas que conforman la plantilla de tu empresa, porque son todas las aportaciones individuales que diariamente realizan las que hacen posible la pervivencia de la compañía. Aprovecha también para agradecer a los clientes la confianza depositada, porque son evidentemente quienes sustentan la existencia de la compañía.

En GUK somos especialistas en gestión de la comunicación. Si a pesar de las pistas que te hemos ofrecido en este artículo, sigues pensando que necesitas un poco de ayuda para enfocar tus discursos, ¿por qué no te pones en contacto con nosotros?

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