Es lo malo que tiene estar en una situación desesperada. Que uno puede tener la tentación de agarrar el primer flotador que le lanzan con tal de salvarse. Aunque sea una rueda de molino con la que luego le obliguen a comulgar.
Sabedores de que los medios de comunicación viven las horas más bajas de su historia reciente, no faltan tiburones dispuestos a devorar la carroña en cuanto la víctima baje los brazos. Uno de ellos es Steve Jobs, flamante y mediático presidente de Apple, que ha pasado a la ofensiva con una atractiva y torticera propuesta. Dice el Sr. Jobs que está dispuesto nada menos que a “salvar el periodismo” ofreciendo sus relucientes soportes, como el iPhone o el nuevo iPad.
Eso sí, la ganga tiene también letra pequeña. A cambio, Apple pide «una agresiva política de precios y un mayor volumen de contenidos». Es decir, que los medios ofrezcan más por menos para que Apple pueda difundir a través de sus soportes contenidos de calidad a precio de saldo.
En el mundo del libro digital, muchas editoriales ya han decidido ceder al chantaje y pasar por el aro de Apple. Esperemos que los medios de comunicación tengan la lucidez suficiente para desoír los cantos de sirena de mercaderes sin escrúpulos y encuentren su propio camino en esta nueva era. Muchas gracias, Sr. Jobs, pero no hace falta que nos salve.