8 de julio de 2022
El rey ha muerto, viva el rey. El contenido en el nuevo escenario digital
El contenido ya no es el rey. Cada día se publican en WordPress más de 2 millones de nuevos posts, lo que arrroja una media de 83.000 posts por hora. Cada segundo se emiten de media 6.000 tuits, lo que supone una cifra de 350.000 tuits por minuto y nada menos que 500 millones al día. En Facebook, las actualizaciones de estado suman unos 4.750 millones. Mientras, el robot de Google continúa indexando imparable, y en abril superó ya los 4,5 billones (millones de millones) de páginas.
Los datos son cortesía de Bas Van den Beld, de State of Digital, que adereza las cifras con una contundente pimienta: “La mayoría de todo este contenido es basura”. Así que es un reto cada vez más difícil para las marcas conseguir atraer la atención de una audiencia bombardeada con miles de mensajes a diario.
Y optan por una especie de huida hacia delante que se traduce en continuar generando más y más contenido. Pero la respuesta de su público no suele aumentar (y eso en el mejor de los casos). Más esfuerzo en la creación de contenido no tiene por qué traducirse en mejores resultados de una estrategia de marketing digital. Entonces, si el rey ha muerto, ¿cuál es la solución? El rey ha muerto, viva el rey. El contenido en el nuevo escenario digital necesita de nuevas claves. En este post te aportamos algunas:
Hacer el contenido relevante
El contenido es la táctica, la relevancia el objetivo. Ser relevante para tu público de forma permanente es la única manera de destacar frente a tus competidores y de establecer una relación de confianza duradera con tu audiencia. Y esto sólo se consigue anticipándonos a las necesidades del usuario. Es fácil de decir, pero difícil de hacer, ya que exige una actitud muy proactiva, ir por la vida con las antenas levantadas de forma permanente: leer blogs, monitorizar las redes sociales, estar al tanto de las publicaciones de los expertos, escuchar a los usuarios, preguntarles…
Dejar de lado los prejuicios
Cuando analizamos bien a nuestra audiencia, siempre nos llevamos alguna sorpresa (o muchas). Una cosa es lo que creíamos y otra muy distinta la realidad. Por eso es muy importante dejar los prejuicios a un lado, en el mismo cajón que las ideas preconcebidas. Por mucho que creamos que nuestra audiencia demanda determinado contenido, ¿les hemos escuchado? La sorpresa está asegurada. Y saber reaccionar ante ella puede ser una de las claves del éxito.
Construir confianza
Sin una interacción duradera en el tiempo con tu público será muy difícil construir con él relaciones de confianza. Y mucho menos conseguir implicación con tu marca, el famoso engagement. Esa palabra mágica, que, según Rand Fish, va a ser la única métrica en el futuro. Y para alimentarla, el contenido es el ingrediente mágico de nuestra receta. Pero no cualquier contenido. Contenido para interesar a nuestra audiencia, para involucrarla, para conseguir que hable con nosotros y para hacer que vuelva. Contenido para convertir.
Cambiar la perspectiva
Con ese punto de inocencia que suelen llevar aparejadas las preguntas realmente inteligentes, los niños preguntan a veces cómo sobreviven en las antípodas “del revés”. Desde la perspectiva infantil, viven cabeza abajo y deberían caer al vacío. Claro, que la cosa cambia si echamos un vistazo al mapamundi desde el punto de vista de los australianos. Así que es cuestión de perspectiva. Como casi todo. Y especialmente en lo que se refiere al contenido. Es por ello muy importante no dar nada por hecho y estar abiertos a cambiar nuestra perspectiva (condicionada como todas) por la de nuestro público objetivo. Nos puede abrir la puerta a grandes descubrimientos para conseguir que nuestro contenido triunfe.
Poner la audiencia en el centro
En definitiva, se trata de poner a la audiencia en el centro de nuestra estrategia. Es la única manera de conseguir crear contenido valioso: dar respuesta a los problemas de nuestro púbico. Interesarnos por ellos, analizar dónde están sus problemas y necesidades y darles la repuesta pertinente en cada momento. El contenido adecuado, en el momento adecuado, a la audiencia adecuada. Sólo así podremos impactar de forma decisiva en nuestro público. Y es que, como hemos apuntado varias veces en este blog, detrás de cada contenido debe haber una estrategia. Porque el contenido por sí solo, es sólo eso, contenido. El rey ha muerto, viva el rey.
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