Sí que tenía que estar descontrolado el mundo de la información en la Red para cuando hay quien decide volver a colocar al periodista al mando de la nave. Mashable informa hoy de que el gigante del software para Relaciones Públicas Vocus ha adquirido el servicio Help a Reporter Out (HARO) con el objetivo de “trasladar de nuevo al periodista el control del ciclo de Relaciones Públicas”.
Ahí es nada. Al periodista. Ese sujeto inútil y arcaico al que las nuevas tecnologías habían superado y habían asignado el papel de un troglodita en Manhattan. Resulta que, cuando se trata de generar contenido de calidad, volvemos a recurrir al viejo y trasnochado periodista. Quizá, después de todo, resulta que sus habilidades para ejercer de filtro, contrastar las fuentes y ofrecer información veraz son universales y pueden adaptarse a cualquier soporte, desde el rancio papel a las últimas aplicaciones del iPad.
Puede que estemos asistiendo al inicio del Consulado que cierre la etapa de la revolución del periodismo ciudadano. O al menos a esa concepción según la cual cualquiera puede ser periodista y ejercer el periodismo. Ya hemos comentado aquí alguna vez que eso de que cualquier persona pueda transmitir información y llegar al gran público de forma directa es una posibilidad fantástica y toda una revolución en la profesión. Eso sí, sin confundir internauta con periodista, blog con medio de comunicación y chismorreo con noticia. Cuando se trata de que el barco llegue a buen puerto, hay que poner al periodista al timón.