8 de julio de 2022
3 consejos para definir los territorios que quiere conquistar tu marca
El Risk es un juego de mesa que jamás pasará de moda. Tal vez lo veamos en otros formatos pero su sentido sigue hoy igual de vigente que cuando fue creado por Albert Lamorisse en 1958.
La paciencia es una de las claves para jugar al Risk, pero hay más claves sobre el tablero como, sobre todo, pensar en el conjunto de tácticas que nos llevarán a la esperada victoria, a conseguir el laurel, la palma, el éxito…
Bien, hablar de Risk es hablar de guerra, y como no tengas claro cuáles son los territorios que quieres conquistar, apaga y vámonos.
Los territorios a conquistar de las marcas son una de las primeras preguntas que debemos hacernos cuando elaboramos un plan de actuación en social media, comunicación o marketing digital: ¿dónde va a estar mi cliente?¿de qué va a hablar?
Las marcas, hoy más que nunca, mantienen relaciones muy estrechas con el consumidor, conversan, escuchan (o deberían) y, por eso, establecer el campo de comunicación donde se moverán se ha convertido en algo imprescindible. Buscar esos espacios comunes en los que interactuar con el usuario es fundamental, tanto para las marcas como para los profesionales que nos dedicamos a la comunicación.
Los territorios de marca son aquellos lugares o aquellas situaciones a las que queremos que los consumidores nos asocien. La selección de los territorios es una de las decisiones estratégicas más importantes que vamos a tomar y marcará la comunicación de principio a fin.
A menudo suele crearse una confusión entre los territorios y el posicionamiento de marca.
El posicionamiento responde a los atributos intrínsecos de la marca con los que nos relacionan los consumidores (Red Bull es una bebida energética = Red Bull es adrenalina).
El territorio es el lugar donde buscamos crear esa asociación (Red Bull dispara la adrenalina, cómo practicar deportes de riesgo).
Como apuntaba, la tarea de definir los territorios de tu marca no es sencilla, requiere –al igual que en el Risk- de paciencia, si bien tener algunas cosas claras nos pueden servir de mucha ayuda. Apuntamos a continuación algunas claves a tener en cuenta:
- Definir la marca y el producto o servicio. No hace falta entrar en grandes detalles, pero sí tener claro el negocio en el que se mueve. Qué vende, dónde lo vende y cómo lo vende. Es decir, definir su arquitectura, sus atributos, sus valores.
- Especificar los beneficios prácticos y los emocionales. Por una parte, concretar qué beneficios tangibles obtiene el consumidor al adquirir el producto y por otra, que emociones le provoca desearlo y tenerlo.
- Buscar relaciones entre esos beneficios y situaciones o lugares concretos donde los experimentamos. ¿Dónde experimentamos esas emociones?¿Se pueden extrapolar a otros campos? Debemos tratar de encontrar contextos en los que tanto el consumidor como la marca se “sientan” cómodos.
Además de esto, tengamos en cuenta que hay territorios más universales que otros: la felicidad, la música, el deporte…, aquellos con los que las personas empatizan en mayor o menor medida. Sin embargo, existen otros más específicos como la familia, el rock, el futbol…, que dependerán de los perfiles de un target más concreto.
La clave de la comunicación de tu marca pasa por encontrar un territorio del que apropiarte y convertirte en todo un referente para tu público.
¿Existe una marca más apropiada para hablar de deporte extremo que, por ejemplo, RedBull? ¿Existe una marca que se asocie más con la felicidad que Coca-Cola? Estas marcas defienden firmemente el territorio conquistado con una estrategia meticulosa y, sin duda, nos demuestran que saben jugar al Risk.
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